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sábado, febrero 05, 2005

Séptima asamblea de Adelpa.

Tener voz y voto en la planificación medioambiental que afecte al Pirineo. Hacer valer su derecho a un desarrollo territorial que combine las actividades tradicionales con las más modernas. Y acabar con el "grave déficit" de servicios e infraestructuras que registran. Son algunas reclamaciones planteadas ayer por Adelpa, la Asociación de Entes Locales del Pirineo Aragonés, que --con más de cien socios-- es el principal representante de los municipios de montaña.
Adelpa celebró en Boltaña su séptima asamblea general, que aprobó por unanimidad el Manifiesto del Pirineo . El documento es una llamada de atención sobre las serias dificultades que afrontan los municipios pirenaicos, lastrados por las afecciones impuestas por una sociedad que les ha exigido "innumerables sacrificios" para obtener agua y energía.
Estas localidades quieren que los poderes públicos articulen "medidas compensatorias" por esos daños. Pero dan un paso más. Reclaman que sea tenida en cuenta su opinión "a la hora de diseñar las políticas conservacionistas" para su entorno. Y que se apueste por modelos ambientales cuyos protagonistas sean los habitantes del territorio.
La queja del Pirineo es clara: demasiadas veces se toman decisiones sobre los municipios que no tienen en cuenta a quienes viven en ellos. Y, además, se piden a la montaña comportamientos que no se adoptan en las ciudades. Por eso, el manifiesto insta a quienes les exigen "determinadas restricciones medioambientales" a que reclamen "iguales limitaciones en el entorno donde habitualmente viven". Y concluye que los habitantes del Pirineo se sienten "rehenes de las inquietudes medioambientales de una sociedad que intenta redimir sus desmanes".
Tener una normativa específica, recordar que el Pirineo es resultado de la interacción del hombre y el medio y disponer de buenos servicios e infraestructuras son otras demandas. El texto plantea que estas entidades locales sean los interlocutores directos para el territorio y que se impulse un pacto entre las zonas urbanas y las de montaña.
El presidente de Adelpa, Pedro Santorromán, explicó que éste sera el documento a seguir por la asociación y añadió que llega en un momento "crucial". El Pirineo envejece, su futuro peligra y desde alguno sectores se intenta trasladar la opinión de que quienes viven en él "son un estorbo". Santorromán denunció "el fundamentalismo medioambiental que proyecta la falsa idea de que el Pirineo estaría mejor conservado si no hubiera personas".