Excavaciones y sequía dejan el Cinca impracticable

La combinación de la sequía con las masivas extracciones de áridos han dejado este año el río Cinca, por primera vez, impracticable para la práctica de actividades recreativas. "Llevábamos diez años trabajando cada vez peor, y este año es imposible organizar descensos en rafting", explica Ignacio Cifuentes, gerente de Rafting Aguas Blancas, de Aínsa. "Esto supone pérdidas económicas importantes para la comarca, porque tenemos que desviar a la gente a otras zonas. No se puede vivir de espaldas al río", explica una empleada.
Las extracciones han ensanchado el cauce, lo que ha reducido la navegabilidad al perder el agua profundidad y velocidad.
El Cinca no es el único río sin posibilidades de explotación lúdica. La del Ara acabó a final de mayo al adelantarse el deshielo. En años normales era transitable al arrancar julio.
La situación del Esera es algo mejor. Aguas Blancas puede organizar descensos entre Campo y Santaliestra de doce del mediodía a seis de la tarde al llegar los 20 metros cúbicos por segundo que Endesa comienza a turbinar a las nueve de la mañana en Ariste. La navegabilidad en esa franja horaria está asegurada en junio. En julio y agosto, no. La hidroeléctrica ajusta su producción a la demanda, básicamente industrial, por lo que podría dejar de turbinar los fines de semana.
Con todo, Aguas Blancas sigue trabajando en el pantano de Mediano, aunque no podrán seguir allí más de dos semanas por sus escasas reservas y por las dificultades que crea el fango para llegar al agua, antes de mudarse a El Grado. Otras firmas siguen explotando los embalses del Esera: Linsoles, Eriste y Barasona.
La situación ha provocado pérdidas importantes en el sector. "Esta temporada, la demanda ha bajado un 40%", explica Cifuentes, lo que ha reducido el empleo un 30%.
El Gállego ofrece mejores perspectivas. Fuentes de Caroc Naturaleza y Aventura, de Murillo, explicaron que el río lleva, tras un inicio muy flojo en marzo, un caudal de quince metros cúbicos por segundo, superior, incluso, al de otros años por estas fechas. "Marzo fue muy tenso, pero ahora estamos en niveles normales. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona el verano. Las reservas del Gállego son ligeramente inferiores a las de hace un año.
La sequía, en cambio, no ha afectado a la explotación de los barrancos del Vero y Guara, explica José Luis Solana, gerente del Cámping Alquézar. "No baja todo el agua que querríamos, pero hay bastante. El Vero se alimenta de manantiales y siempre fluye. Ahora lleva un caudal similar al de septiembre. Vamos salvando el año", indica.
Algunos barrancos, como el de Mascún, están secos. Sin embargo, la reducción del caudal ha permitido efectuar recorridos por otros que en años anteriores eran impracticables. "Otra ventaja es que este año será dificil que tengamos algún sobresalto por crecidas", anota Solana.
La afluencia de público se ha mantenido en este sector. "Viene la misma gente que el año pasado, que no fue muy boyante. Llevamos un par de años con un cambio de hábitos. Antes venían para una semana o dos; ahora llegan para un fin de semana o un par de días", señala.