Homenaje a José María Campo en las fiestas de Aínsa

‘Hay muchos pueblos a los que voy a tocar desde hace más de 60 años’.
José María Campo recogió emocionado la placa del ayuntamiento

Toda su vida ha estado dedicada a la música y por ello, el Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe le tributó ayer a José María Campo un merecido homenaje, enmarcado dentro de los actos de las fiestas de Aínsa. A sus setenta y ocho años, José María Campo sigue amenizando con el Grupo Sobrarbe numerosas veladas, “ y mantengo la ilusión igual que si tuviera veinticinco años”.
Visiblemente emocionado, José María Campo recogió la placa conmemorativa que le entregó el teniente de alcalde, Martín Beneded, y que decía así. “La villa de Aínsa a José María Campo Puértolas, el músico de Sobrarbe”. Acompañado por su mujer, a la que le regalaron un ramo de flores, Campo aseguró que “no tengo palabras para daros las gracias por todo. No me merezco tanto”. Por su parte, Beneded elogió a José María Campo, del que destacó “el tiempo que nos ha dedicado a todos y el cariño que se ha ganado de los vecinos de Sobrarbe”. Así también, Beneded agradeció al músico “la labor que hace con las personas mayores de la residencia de personas mayores “La Solana” de Aínsa”, adonde acude con regularidad para animar a todos los que allí se encuentran.
Desde muy joven, este hombre, natural de Tierrantona y vecino de Mediano, se apasionó por la música. Toca el violín, el acordeón, el teclado, la guitarra..., si bien reconoce que “el instrumento que más he estudiado es el violín”. Todavía recuerda cuando en su juventud perteneció al grupo “Los Gitanos” y después a “Los muchachos del ritmo”. Tras un paréntesis de veinte años, José María Campo reanudó su carrera musical fundando el Grupo de Sobrarbe, con el que lleva casi treinta años.

La Cruz Cubierta y su historia en Aínsa

A las afueras de Aínsa, a 1,5 kilómetros del casco antiguo, se halla el templete de la Cruz Cubierta, en cuyo interior se halla una columna que representa el árbol y la cruz del Sobrarbe. Este templo semicircular simboliza la leyenda de la Santa Cruz, según la cual el rey cristiano Garci Jiménez atacó y ganó la plaza de Aínsa a los sarracenos, tras recibir la señal del cielo que le anunció la victoria.
Se trataba de una cruz de fuego que apareció sobre una carrasca; de ahí que la carrasca y la cruz sean el símbolo de la comarca de Sobrarbe, símbolo que se aprecia en un cuartel del escudo de Aragón. En el lugar, donde se supone que lidiaron la batalla, se construyó este pequeño monumento, al que los vecinos de Aínsa acuden cada 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. En homenaje a aquel milagro, el pueblo de Aínsa celebra, con carácter bianual, el drama teatral conocido con el nombre de “La Morisma”. Esta obra, de gran vistosidad, cuenta con un elenco de más de trescientos actores-vecinos que reviven la historia medieval de su villa.
Este año, pese a tratarse de un año impar, no se celebra La Morisma, dado que hace dos años tuvo que suspenderse la representación teatral a causa de la lluvia caída unas horas antes del inicio de la puesta en escena de este espectáculo, que tiene como escenario la Plaza Mayor de la villa. Fue tal el sabor agridulce que quedó entre los vecinos de Aínsa que la Fundación Pública “La Morisma” acordó celebrarla al año siguiente, rompiendo así la tradición de los años impares. Esta tradición obedecía, simplemente, al hecho de que cuando se recuperó a principios de los años 70 y se decidió hacer la representación con una periodicidad bianual coincidió con los años impares. Ahora “La Morisma” ha cambiado a los años pares.